la ultima vez
Lo peor de todo no es dejar de verte
todos los días a la hora de la cena.
Ni siquiera recordar tu cuerpo desnudo,
tu sol tatuado en la espalda,
que gira como una serpiente
y avanza lentamente
hacia tu sexo inflamado por el deseo.
Te acaricio
tus pezones erectos, tus gemidos, tus miradas...
No. No es lo peor no poder hablar
de nuestra historia oculta,
ni tener que disimular delante de tus amigos,
ni estar obligado a bromear con tu mujer
de los resultados del domingo...
como si yo no estuviera pensando
en tu cuerpo junto al mio.
Ni lo es tampoco sentir esa tensión interior
que revienta mi verga desde adentro
cuando te agaches a recoger mi ropa tirada
y tu culo se marca
en dos curvas perfectas bajo tu ropa.
Ni tampoco es lo peor olvidar
que dentro de tu boca
todo mi ser en un solo trago te devoraste
Lo peor de todo es que todo acabó,
que parece no haber ocurrido nunca,
que todo se va convirtiendo en recuerdo poco a poco
y que quizás dentro de diez años
nos riamos recordando que un día fuimos amantes.
Y esa risa futura me hiela el alma
mientras te veo llorar encima de tus sábanas,
diciéndome dulcemente que esta es la última vez.