lunes, 25 de junio de 2007

En el divan


Yo conozco tu locura,
tu boca y tus manos
que envuelven a mi cuerpo.
Pero también conozco tu alma
porque también es la mía.
Somos rebeldes
pero estamos vivos
y aunque nos traten de raros
estrafalarios y locos
nosotros somos ovejas negras,
descarriadas, sin remedio, ni sexo
somos la vergüenza de la familia
las piezas de figuritas más dificiles
los guerreros de la vida.
Y llenos de rabia y gritos,
de amor y locura
buscamos verdades,
caricias y sentimientos
porque somos vulnerables.
Y cada día una batalla
una norma que rompemos
un milagro que creamos
para poder seguir siendo
tu psicologo
y vos mi paciente amante

1 comentario:

condorcrux dijo...

EL DIVAN DE LA VIDA

Hablo con ella...
una tension aparece, pero me siento como cuidado.
me pregunta si era yo quien estaba esa mañana y por eso no le abrieron la puerta.
Le digo que no, que estamos... quien sabe donde estamos?
me pregunta si te quiero y respondo sin dudar.
Hablamos de mil cosas, como si fueramos eternos conocidos; ambos sentimos nerviosismo pero soltura.
Le agradezco su mensaje de texto, ese que te saco lagrimas de felicidad y que comparti a tu lado, y le digo que te cuide, que la necesitas...
Hablamos desde un codigo que sólo ella como madre puede entenderme, y ambos lloramos...
no lloramos de dolor, lloramos desde el punto de encuentro, desde los mil miedos que tranto de vencer pero que solo no puedo.
Me hace sentir aceptado, me dice mil cosas lindas y oigo cada una de ellas.
Sorprendetemente.... cuento todas y cada una de las cosas que me pasaron, que me pasan y que a veces no puedo contar cuando se me cierra la garganta y disimulo estar incolume ante la situacion.
Estoy siendo YO... aceptando mis fallas y contando TODA la verdad...
Me dice que se nota lo que siento, que sino no hubiera hablado asi.
Le digo que no te cuestiono, que mas alla de todo te entiendo.
Le pido que te cuide, que la necesitas, que solo te de un abrazo y que mas alla de lo que surja, GRACIAS por aceptar las cosas y por su sinceridad.
Su aceptacion, su verdad y su cariño no solo fueron volcadas en vos, sino en mi, y valieron mas que meses de terapia sobre el divan.
Una charla por telefono, algo que pudo ser simple, que me dio luz, calma y llanto como nunca, y que hasta me dejo sin sueño por la noche, porque en el divan de la vida, vale mas la voluntad de comprender al otro que mil teorias de freud, lacan o mongo...